Como te adelanté en el primer email cuando te suscribiste, en esta newsletter voy a contarte vivencias personales, errores y aprendizajes para hacerte reflexionar y ayudarte en tu camino hacia la libertad financiera. 🚀
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Lo lees en 9 minutos.
APD: Sé que llego un día tarde, pero espero que la espera merezca la pena.
Muy buenos días.
Mira, si la semana pasada te decía que el futuro de las pensiones me daba mucha inseguridad, las declaraciones de nuestro (no)querido Presidente del Gobierno, no te quiero ni contar.
Osea, hace una semana, la inseguridad, me la daba el largo plazo.
Y ahora viene este tío y suelta la perlita de que “Menos Lamborghinis y más transporte público” y que “gravará fiscalmente a los que tengan en el banco lo suficiente para vivir 100 vidas”.
En otras palabras, que si ya pagábamos muchos impuestos, ahora no te quiero ni contar.
Debe ser que como a él el Lambo se le queda corto y usa el Falcon hasta para ir a cagar, necesita que le paguemos el combustible.
Vamos, es que me parece de vergüenza.
En un país en el que formar una familia, comprarse una casa y un coche resulta casi una utopía inalcanzable, aparece su presidente para decir que todo se debe a que hay demasiados Lamborghinis.
¿En qué cabeza cabe?
Se avecina un nuevo expolio contra las rentas del capital.
Lo que muchos se atreven a denominar, “hachazo fiscal”.
E imagino que razón no les falta.
Nos fríen a impuestos para acabar con la clase media trabajadora y nos venden que con 40.000€ de patrimonio ya eres rico.
En fin…
¡Al lío con lo prometido!
Mini-curso de Seguridad Financiera.
Parte 1 - Plan de Ahorro
O cómo sacarle el máximo partido a cada euro.
El objetivo es crear un plan de ahorro que sea viable (que no sea muy ambicioso para no abandonarlo al poco) y a largo plazo.
Así que intentaré ir suave para que no te desmotives.
Ahorra un 10% de tu sueldo
A ver, esto es para los muy newbies.
¿Un 10% está bien?
Pues hombre, es mejor que nada y por algo hay que empezar.
Pero ya sabes que soy partidaria de ahorrar más.
Ahorrar menos de un 10% es una auténtica red flag. 🚩
Y lo que ahorres, siempre es mejor hacerlo al inicio del mes, con el método del “preahorro”, para que tu cerebro se olvide de ese dinero y puedas tirar el resto del mes, ya habiendo cumplido con la parte del ahorro.
En serio, si quieres ahorrar, PREAHORRA.
Si lo haces a final de mes, siempre se te ocurrirá algún caprichito nuevo de última hora.
Una regla que me gusta más, en lo relacionado con el ahorro es la siguiente:
50% de tu sueldo → necesidades básicas: alquiler/hipoteca, supermercado, etc
30 % de tu sueldo → caprichitos y cosas que realmente no necesitas como el Glovo de los viernes, la suscripción de Netflix o las nuevas Veja (zapas de más de 100 pavos).
20 % de tu sueldo → Ahorro
¿Te sigue pareciendo poco?
Quítate de caprichos y utiliza parte de ese 30% para invertir en ti e invertir en algo de todo el abanico de posibilidades que tienes.
Pero tampoco te pases con ahorrar más, lo de vivir muy muy por debajo de tus posibilidades, no es vivir.
Hay que encontrar un equilibrio entre vivir el presente y pensar en el futuro.
Lo normal es que vivamos aún muchos años pero oye, que igual la palmas mañana, atragantándote con una loncha de jamón York.
Entonces, ¿cuánto debería ahorrar?
No te adelantes…
¿Sabes ya cuál es tu punto de partida?
Averígualo.
Y apunta en un papel qué quieres priorizar.
La vida es cuestión de prioridades.
No me vengas luego llorando de que no te puedes ir de vacaciones a Colombia con tus amigas porque te has comprado una casa.
El dinero da para lo que da.
La cantidad que debes ahorrar es aquella que te puedas permitir a largo plazo según tu situación y tus prioridades.
Tu plan de ahorro debe contestar las siguientes preguntas:
¿Cuál es mi punto de partida?
¿Cuánto puedo ahorrar según mis prioridades?
¿Cómo voy a ahorrar?
Vamos paso a paso, no vaya a ser que te me pierdas.
¿Cuál es mi punto de partida?
Para averiguarlo, deberías sacarte los últimos 12 meses de tu extracto bancario.
Aunque también puedes utilizar una app de agregación bancaria como Fintonic, que es la que he usado yo hasta hace relativamente poco.
¿Dejé de usarla porque como me piden acceso a mi cuenta bancaria con DNI y contraseña, era insegura?
No, esas apps, especialmente Fintonic, que farda de cumplir con la Directiva Europea PSD2, son seguras.
Ojo, seguras siempre y cuando estén avaladas por el Banco de España.
El caso, que si quieres conocer tu punto de partida, puedes usar apps como Fintonic o la App del BBVA que te permite conectar el resto de tus bancos, por ejemplo.
Pero ojo, cuando uses una app de agregación bancaria gratuita, recuerda:
Si algo es gratis es porque, en realidad, les estás dando algo a cambio.
¿En estos casos?
Les interesa ver cómo mueves tu dinero en tus otros bancos, como ahorras, como gastas… si eres solvente, si te vas a casinos, etc.
Y esto es precisamente lo que también deberías querer saber tú:
Cuánto ingresas y qué gastas, dónde gastas y cómo lo gastas.
Y especialmente importante qué califiques los gastos por categoría.
Con toda esa información, tendrás que hacer la media mensual de ingresos y gastos.
Y vas a flipar. En serio, no eres consciente de todo lo que gastas hasta que te pones a verlo.
Es como el tipo que no se da cuenta de cuánta mierda come hasta que se pone a contar calorías.
Y ya, después, podrás calcular tu tasa de ahorro.
¿Cuánto ahorrar?
Pues esto, como siempre, es cuestión de prioridades.
Vaya, que una vez que tengas tus gastos apilados por categoría y sepas lo que te gastas en: alquiler, coche, restaurantes, ocio, viajes, etc.
Lo que tienes que hacer es clasificar cada una de esas categorías de la siguiente manera:
Esencial: Lo que es imposible o difícil de modificar a corto plazo sin
gran impacto en nuestra vida: alquiler/hipoteca, la factura del agua, la luz, el supermercado y demás que necesites para vivir bien, día a día.
Alta prioridad: no es esencial pero nos importa un huevo, ya sea por motivos personales o profesionales. En mi caso, viajar o la formación serían alguno de ellos.
Baja prioridad: no es esencial pero tampoco es tan importante… vaya, caprichos de los que luego te olvidas, como puede ser la cuota del gimnasio, la ropa o el puto Glovo de pizza o Sushi que te pides a casa por pereza de preparar cena. En este tipo de gastos es donde siempre siempre siempre, por definición, vas a tener más margen de maniobra.
Después, a cada categoría define una acción a tomar en lo referente a ese gasto:
Aumentar
Reducir
Mantener
Revisar
Te pongo un ejemplo con la Ropa.
Me da igual si para ti es de alta o baja prioridad.
Pero lo podrías clasificar como “Reducir” y decirte a ti mismo cómo pretendes hacerlo…
Yo que sé, “Sólo comprar ropa en rebajas y si necesito algo” por ejemplo.
O en Servicios como el internet: para mí es un gasto esencial pero le puedes dar a “Revisar” y tratar de buscar una compañía más económica.
En el global, recuerda que el objetivo es ahorrar.
BTW, estoy trabajando en una nueva entrada en el blog para contarte lo que hemos hecho el Señor del Bigote y yo para ahorrar más en casa, este año.
¿Cuál es el mejor método para ahorrar?
Pues mira, yo sólo conozco dos y que uses uno u otro dependerá mucho de tu fortaleza mental para no pegar el tarjetazo a la primera de cambio.
Vaya, que el mejor método va a ser siempre el que mejor te funcione a ti.
Las dos opciones que conozco (hay más seguro, pero estas me parecen más recomendables) son:
El Presupuesto: que es un poco el plan que hemos ido preparando y consiste en definir el gasto mensual por categoría e intentar ceñirse al plan.
Per-Ahorro: retirar ese porcentaje (%) de tu cuenta nada más cobrar la nómina. (Bastante más sencilla desde mi punto de vista).
Y la mega-opción:
Combinar ambas.
Pero lo más importante es que no te crees un plan excesivamente ambicioso.
Lo ideal y de lo que va todo esto, es de poder mantenerlo en el largo plazo.
Así que por eso insisto en que hagas lo que mejor se adapte a ti.
A mí me encanta el preahorro, pero sí que intento llevar todos los gastos al día, para ser consciente de lo que gasto.
Y lo segundo más importante es no caer en la trampa del gasto creciente: esa en la que aumentas tus gastos a medida que aumentas tus ingresos.
El único gasto extra que debes admitir es el debido a la inflación. Porque si ya estás a gusto con tu vida, gastar más, no te va a aportar más satisfacción.
Extra: miniconsejitos del día.
Automatiza todo lo que puedas: hazlo simple y que no dependa de tus emociones
Aplica el principio de Pareto: trata de obtener el 80% de los resultados con el 20% del esfuerzo.
Extra 2: Ahorrar más
Si después de todo, tu objetivo es ahorrar más, mucho más.
Entonces, no te centres sólo en recortar gastos… o llegará un momento en el que tu casa parecerá una cueva y te dedicarás a contar las lonchas de jamón que le pones a cada triste sándwich que te cenas.
Vamos, que si quieres ahorrar más sin sacrificar tu calidad de vida, lo que tienes que hacer es: AUMENTAR LOS INGRESOS.
Es mucho más difícil, pero por supuesto, esta posibilidad existe.
De hecho, reducir gasto siempre tiene un límite.
Aumentar los ingresos, no. Puedes aumentar hasta el infinito.
Luego ya sabes, vendrá el expolio fiscal, pero ese es otro tema.
Nos leemos la semana que viene.
Espero tener tiempo para trabajar en las ideas y novedades que tengo pensadas.
Te cuento pronto ☺️
Un abrazo,
Una Chica en Finanzas.
PD: he tardado más de lo que quería en cerrar esta edición de la newsletter porque voy trabajando en el tren de vuelta a casa de mi primer viaje de empresa tras reincorporarme de la baja de maternidad, el de mi lado apesta a tabaco y no puedo estar más mareada con el olor tan desagradable que desprende este hombre. Me está sentando como una patada en el estómago.